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Posts Tagged ‘neurología’

En esta entrada seguiremos describiendo los distintos tipos de síndrome amnésico como continuación de una entrada anterior.

Amnesia global transitoria

Este tipo de amnesias suele presentarse en sujetos con una edad comprendida entre los 50 y 70 años, siendo más proclives apadecerla los hombres que las mujeres. El inicio de la amnesia ocurre de forma repentina, quedando el paciente ansioso, perplejo y repitiendo las mismas preguntas porque no recuerda haberlas realizado antes. Su duración oscila entre las 3 y las 24 horas, con una media de 6. El tipo de amnesia que aparece es anterógrada de predominio verbal, estando poco afectada la memoria a corto plazo, así como el conocimiento general. Aunque su etiología es aún desconocida, se cree que podría deberse a alteraciones de tipo vascular. Para poder diagnosticar este tipo de amnesia es necesario haber descartado mediante técnicas de neuroimagen cualquier lesión que explique el episodio.

Amnesia postraumática

Tras un traumatismo craneoencefálico (TCE) es frecuente que se produzca una pérdida de memoria. Se denomina amnesia postraumática al periodo comprendido entre un TCE y la restauración de la memoria para los hechos cotidianos. Por lo general, cuanto mayor es la severidad del TCE más largo será el periodo de amnesia y las secuelas crónicas que presente la memoria serán más graves. Suele haber una correlación entre la severidad de la amnesia anterógrada y el alcance de la amnesia retrógrada, aunque esta última suele ser de corta duración, no alcanzado más allá de los 30 minutos previos al TCE. La mayoría de los casos de amnesia postraumática son reversibles, aunque en pacientes con una amnesia postraumática superior a una semana, el 50% presenta dificultades de memorización de nueva información.

Amnesia asociada a la Terapia Electroconvulsiva

A día de hoy la Terapia Electroconvulsiva (TEC) es un tratamiento perfectamente válido para diversos trastornos psíquicos, particularmente para ciertos tipos de depresión. Uno de los principales efectos secundarios de la TEC es la pérdida de memoria. Tras la aplicación de la TEC se da un periodo de desorientación que suele ir seguido de un periodo de amnesia retrógrada y amnesia anterógrada. La función cognitiva normal suele restaurarse en un periodo comprendido entre 1 y 7 días; aunque los pacientes pueden quedar amnésicos para la información aprendida durante varios días tras la TEC. En la actualidad se desconoce cómo afecta la TEC a nivel neurobiológico.

Amnesia asociada a la epilepsia

Los pacientes epilépticos, con frecuencia, pueden presentar déficits de memoria, particularmente cuando el foco está ubicado en el lóbulo temporal. El tipo de alteración varía en función de la localización exacta del foco. Así, la focalización en el temporal izquierdo conllevará alteraciones de la memoria verbal, en el temporal derecho implicará a la memoria no verbal y la focalización frontal no influirá en el rendimiento de la memoria. Los mecanismos neurofisiológicos por los cuales la epilepsia interfiere en la capacidad de aprendizaje son principalmente la interrupción de los procesos de codificación y consolidación de la información.

Fuente: Román Lapuente, F., del Pino Sánchez, M. y Rabadán Pardo, M. (2010). Neuropsicología. Murcia: Diego Marín.

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El término amnesia hace referencia a un déficit del funcionamiento normal de la memoria. Al hablar de amnesia nos podemos referir a dos tipos de déficits: amnesia anterógrada, que se refiere a la afectación de la capacidad de adquirir información nueva procedente de cualquier modalidad sensorial, y amnesia retrógrada, que se refiere a la afectación de la capacidad de evocar información adquirida con anterioridad al momento en el que se produjo la afectación cerebral. Estos dos tipos de déficits pueden presentarse tanto conjunta como independientemente.

La etiología de las amnesias es muy variada, pueden producirse alteraciones mnésicas por patologías vasculares, enfermedades infecciosas, anoxias, tumores, lesiones cerebrales por traumatismo craneoencefálico, alcoholismo, desnutrición, epilepsia, determinados fármacos y diversos procesos psicológicos. 

Síndrome amnésico puro

Se produce como consecuencia de una lesión bilateral de los hipocampos. Produce amnesia anterógrada grave e irreversible y un cierto grado de amnesia retrógrada, afectando más a los recuerdos recientes que a los antiguos. Afecta únicamente al sistema de memoria explícita, dejando intacta la memoria implícita. Los pacientes con este trastorno conservan el resto de sus capacidades cognitivas complejas como el lenguaje o el razonamiento abstracto. Este trastorno puede ser causado por una anoxia cerebral durante una parada cardiorrespiratoria (que produciría la destrucción de células nerviosas en los hipocampos), encefalitis hepática (que causa necrosis en la circunvolución parahipocámpica, amígdala y cerebro basal anterior) o tumores cerebrales que afecten al fórnix.

Amnesia diencefálica

Se produce por una afectación del tálamo o el hipotálamo. Un ejemplo de amnesia diencefálica es el Síndrome de Korsakoff, en el que se produce amnesia debido al déficit de tiamina como resultado de una prolongada ingesta de grandes cantidades de alcohol. Los síntomas son: severa amnesia anterógrada, amnesia retrógrada con una mayor afectación de los recuerdos recientes, confabulaciones (invención de historias para rellenar los espacios en blanco), apatía y falta de conciencia del propio trastorno. Lo único que se puede hacer con este síndrome es detener su avance mediante la administración de tiamina Sólo un 20% de los pacientes muestra algún signo de mejora leve.

Amnesias selectivas

Este tipo de amnesias se producen por lesiones unilaterales de las estructuras implicadas en la memoria o por la desconexión entre la corteza y dichas estructuras. Las alteraciones temporales unilaterales producen una pérdida de memoria de material específico, por ejemplo, las lesiones temporales izquierdas producen una alteración en la memoria de tipo verbal, mientras que las temporales derechas afectan a la memoria no verbal. Las amnesias por desconexión se caracterizan por las áreas que han sido desconectadas, por ejemplo, la desconexión entre las áreas visuales de la corteza y las estructuras temporales mediales produce una pérdida de memoria para las ubicaciones espaciales.

Continuaremos describiendo más tipos de amnesias en una próxima entrada del blog.

Fuente: Román Lapuente, F., del Pino Sánchez, M. y Rabadán Pardo, M. (2010). Neuropsicología. Murcia: Diego Marín.

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La formación reticular es una de las estructuras filogenéticamente más antiguas de nuestro sistema nervioso central (SNC). Se localiza a todo lo largo del tronco cerebral desde el sentido caudal en médula hasta el diencéfalo en sentido rostral, y en sentido dorsal se extiende hasta el cerebelo, conectándose todas las estructuras entre sí para realizar las siguientes funciones:

  • Regular el ciclo vigilia/sueño.
  • Regular la percepción del dolor.
  • Influencia en el control de los movimientos voluntarios.
  • Regulación de la actividad visceral.

Se localizan 8 núcleos en la formación reticular:

  • Precerebral
  • Rafé (produce serotonina)
  • Grupo central (glutamato)
  • Colinérgicos (liberan acetilcolina)
  • Catecolaminérgicos (Noradrenalina/adrenalina)

Los que intervienen en la regulación visceral son:

  • Lateral parvocelular
  • Área Parabraquial
  • Medular superficial

Estos 8 núcleos componen la formación reticular.

En el tracto tegmental central se concentran las vías de proyección que se dirigen hacia tálamo y corteza cerebral a este sistema se le conoce como (SARA) Sistema Activador Reticular Ascendente, este sistema principalmente es el que va a regular el estado de despierto (vigilia). El buen funcionamiento del SARA es una precondición para el adecuado funcionamiento de la conducta consciente. Las lesiones en el tronco cerebral que implican al SARA pueden producir estados de coma, estupor o somnolencia.

En este excelente vídeo el Dr. Luis Delgado Reyes explica detalladamente en que consiste todo lo relevante a la formación reticular.

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Los ritmos circadianos regulan los patrones del sueño y la alimentación, así como la actividad de los ejes hormonales, temperatura,  regeneración celular y actividad cerebral. En relación a su influencia en las alteraciones del sueño tiene un papel determinante. Los trastornos circadianos del sueño se caracterizan por la incapacidad de conciliar el sueño debido a un desajuste en el marcapasos cerebral que regula  el ciclo circadiano del sueño necesario para el ambiente donde se desenvuelve el individuo.

El reloj circadiano, en los mamíferos se encuentra en el núcleo supraquiasmático, un grupo de neuronas del hipotálamo medial. Su destrucción determinaría la ausencia de los ciclos circadianos, con lo cual no se podría vivir. La hormona melatonina que se produce en la glándula pineal, varía respondiendo de acuerdo al ciclo diurno/nocturno, variando así a lo largo del ciclo de 24 horas. Por lo que se considera una neurohormona con función pertinente en la fisiología circadiana, su secreción es baja durante el día y aumenta durante la noche.

Existen diferentes tipos de trastorno causados por la alteración de los ritmos circadianos:

Síndrome de desfase de los husos horarios (Jet lag)

El Jet lag es producido por el paso rápido de varios husos horarios que se da sobre todo en vuelos intercontinentales, donde el viajero puede pasar de una franja horaria a otra en un corto periodo de tiempo, esto provoca un desfase brusco en su reloj biológico, el cual debe de adaptarse después de un tiempo al nuevo huso horario del país donde se encuentre. Este desfase de horario provoca alteraciones en el sueño que desencadenan trastornos emocionales, tales como ansiedad, bajo estado de ánimo, baja capacidad de rendimiento físico e intelectual, etc. También puede provocar trastornos digestivos.
La adaptación del ciclo circadiano al nuevo huso horario requiere entre 2 y 7 días, dependiendo de la persona. La dirección del vuelo es un factor importante para la intensidad de esta alteración. Los viajes en dirección este (ritmo sueño/vigilia adelantado) tienen mayor repercusión en la alteración del sueño que los viajes que se dirigen en sentido oeste (ritmo sueño/vigilia retrasado).

Síndrome de adelanto de fase

Se produce sobre todo en ancianos, consiste en la incapacidad para mantenerse despierto hasta la hora que se desea acostar, por lo tanto se despierta mucho antes de lo que se quisiere. Se acuestan muy temprano y se despiertan muy temprano. Debido a la necesidad de sueño irresistible antes de la hora deseada.

Trabajo por turnos

Los trabajadores que se ven sometidos a frecuentes rotaciones de horario en sus turnos laborales presentan problemas de adaptación a un cambio de ritmo circadiano, en el que las alteraciones van en aumento con respecto se avanza de edad. Las horas de sueño diurno son menos reparadoras y fragmentadas que las nocturnas. Produciendo así malestar general, fatiga e irritabilidad. Las primeras consecuencias de las que se aqueja el trabajador son de somnolencia excesiva o insomnio. Se produce cuando se trabaja de noche, en el horario normal de sueño.

La melatonina, esta sustancia que nosotros secretamos de forma natural, también se encuentra en forma de píldora, es utilizada para regular los ciclos del sueño. A medida que se avanza en edad, la glándula pineal se calcifica por lo que produce menos melatonina, ésto repercute en un mayor desajuste y alteración del sueño. Entre sus beneficios destaca además la estimulación del sistema inmune y la protección del sistema nervioso central. Estas píldoras de melatonina en cantidades adaptadas resultan ser la solución ideal para inducir un sueño natural y fisiológico que resincroniza el ritmo circadiano.

Se utiliza con excelentes resultados en alteraciones de regulación de los ciclos sueño/vigilia, como el jet lag, síndrome de adelanto de fase, o trabajo por turnos, también ayuda a las personas ciegas a establecer un ciclo de día y de noche. Este complemento de melatonina es apropiado además para las personas que padecen de insomnio y fatiga crónica. Entre otros muchos beneficios que no forman parte de las alteraciones del sueño.

Fuente:

Chóliz, M. (1997). Sueño y ritmos biológicos. En E.G. Fernández-Abascal, F. Palmero, M. Chóliz y F. Martínez-Sánchez (Eds.), Cuaderno de prácticas de motivación y emoción (pp. 63-78). Madrid: Pirámide.

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